miércoles, 3 de marzo de 2010

el equilibrio acido alcalino

Nota: En este articulo se menciona alimento animal que va en contra de los principios del Web de proteger los animales y creemos firmemente que la mejor dieta para el espíritu y el cuerpo debe de ser las frutas y verduras, por lo tanto ahórrense las criticas y saquen el mejor provecho de este articulo.


Nuestro cuerpo vive gracias a su constante actividad encaminada a mantener el equilibrio en su medio interno. Una de las variables más importantes que ha de procurar sostener en adecuada armonía es el pH.

El pH es una medida que nos indica la tendencia de algo hacia la acidez o la alcalinidad. Nuestro cuerpo tiende, normalmente, a desviarse hacia la acidez y sus esfuerzos van encaminados a contrarrestarla. Se producen muchos ácidos (por la alimentación, rutas metabólicas, actividad celular...) y asimismo existen variados sistemas que los neutralizan y eliminan (riñones, respiración, componentes alcalinos de la sangre...). De ésta manera el medio interno trata de mantenerse en la estrecha franja de pH que permite sostener la vida. La sangre es tremendamente estable en éste aspecto y se puede permitir muy leves variaciones. Los excesos ácidos, como hemos dicho, han de ser eliminados.

Sucede que hay alimentos que favorecen la acidez y otros que aportan bases (álcalis). En nuestras dietas suelen abundar, con gran diferencia, los primeros. Y por éste motivo solemos padecer un exceso ácido que es enormemente perturbador para el normal funcionamiento del cuerpo y sus células. Agrava la situación la vida sedentaria, la escasa oxigenación e, incluso, las emociones negativas que cada vez abundan más en nuestras sociedades.

¿QUE OCURRE CUANDO HAY UNA CONSTANTE TENDENCIA A LA ACIDEZ?

Como explicamos, la sangre tratará a toda costa de mantener su pH (ligeramente alcalino). Para ello a de difundir hacia los tejidos todo exceso ácido. Allí, los ácidos serán recogidos por la linfa. El sistema linfático es un sistema circulatorio unidireccional que recoge desechos y también productos útiles de los tejidos. Los ganglios, entre otras funciones, hacen de estaciones depuradoras. Finalmente, la linfa limpia, procedente de todos los vasos linfáticos del cuerpo, desemboca en la vena cava, antes de su entrada en el corazón.

Cuando la linfa recoge demasiados ácidos, lo que primeramente puede resultar afectado es el sistema inmunológico o defensivo. El exceso de acidez perturba a los linfocitos (células encargadas de defendernos frente a las infecciones y que se preparan para ello en los ganglio linfáticos). Estos no pueden cumplir debidamente sus misiones.

Cuando la acidez es tanta que no puede ser totalmente absorbida por el sistema linfático, se acidifican todos los tejidos de nuestro cuerpo. Riñones, pulmones y piel también se encargan de eliminar ácidos.

Aunque esquemáticamente expuesto, eso es lo que ocurre cuando se aporta en la dieta un exceso ácido y no se puede neutralizar y eliminar satisfactoriamente. Las consecuencias, tarde o temprano, darán lugar a problemas tales como:

Fatiga crónica.

Nerviosismo, irritabilidad, tendencia a la depresión.

Dolores en las extremidades.

Dolor de cabeza.

Tendencia a sufrir infecciones repetitivas de cualquier tipo. Las más frecuentes pueden ser resfriados, amigdalitis, faringitis, bronquitis, cistitis e infecciones genitales.

Inflamaciones frecuentes que curan lentamente.

Problemas dentales.

Malestares gástricos e intestinales.

Cálculos renales y en la vesícula biliar.

Irritaciones de la piel, generalmente por el sudor ácido.

Eccemas, predisposición a las infecciones por hongos.

Calambres, contracturas (predisposición a padecer lumbago, ciática y tortícolis).

Desmineralización ósea.

Agravamiento de los procesos alérgicos.

Insomnio.

La excesiva acidez de su medio, en un grado mayor, puede producir "locura" celular, que es la definición más breve del cáncer. Por eso, las dietas que se acepten eficaces para prevenir el cáncer están formadas mayoritariamente por alimentos que ceden álcalis al organismo. Vamos a ver a continuación cuales son:

ALIMENTOS DE REACCIÓN ALCALINA

Todas las frutas, incluidos los cítricos. Estos son ácidos por contener ácido cítrico, pero en el organismo su parte ácida es eliminada en la respiración dejando en su lugar una gran cantidad de elementos alcalinos.

Todas las verduras. Incluidas las semillas germinadas y tubérculos, especialmente las patatas.

Leche y derivados, excepto quesos fuertes.

Otros: yema de huevo, castañas y soja.

ALIMENTOS DE REACCIÓN ÁCIDA

Cereales y derivados (harinas). No lo son cuando se consumen germinados.

Alimentos que contienen glúcidos y proteínas. Las legumbres (germinadas de reacción alcalina).

Azúcares.(La miel no da reacción ácida.)

Proteínas en general. Carnes, pescados, huevos (sólo la clara), quesos curados...

Alcohol.

Hay que incluir el tabaco y el café.

EN UNA DIETA SANA LOS ALIMENTOS ALCALINO-REACTIVOS
DEBEN PREDOMINAR SOBRE LOS ÁCIDO-REACTIVOS.

¿COMO SABER SI TENEMOS UN EXCESO ÁCIDO?

Es muy fácil. No tenemos más que medir el pH de la orina. En ella podemos ver claramente lo que el cuerpo trata de eliminar. Así, si es ácida es que nos sobran ácidos y necesitamos proveer al organismo de elementos alcalinos y lo contrario (mucho menos común) si es alcalina.

Para ello compraremos en la farmacia o en un establecimiento que vendan material de laboratorio tiras de papel indicador de pH.

Mediremos la segunda orina de la mañana (la segunda vez que orinemos después de levantarnos de la cama). La primera orina después de despertar es muy ácida siempre porque durante el sueño el cuerpo se entrega a procesos de reparación y ajuste. En consecuencia se eliminan más ácidos.

Basta mojar la mitad de una tira del papel indicador en la orina. Este cambiará de color y, en un catálogo de colores que suele venir en el estuche de las tiras, miraremos con qué cifra se corresponde.

Lo normal debiera ser 7 ó 7,5 (un color verdoso). Si la cifra es menor indica un exceso ácido. Entonces deberemos seguir una dieta más alcalina hasta que se normalice. Lo podemos medir todos los días, es extremadamente sencillo.

Cuando ya la segunda orina de la mañana se mantiene en el pH óptimo observaremos como muchas molestias que posiblemente sufriéramos tienden a desaparecer.

En bastantes casos la acidificación es tan rebelde que tendremos que ayudarnos tomando suplementos alcalinizantes. Recomendamos los que están compuestos por citratos, preferiblemente que no contenga citrato sódico para evitar el exceso de sodio. Se consiguen en herboristerías o establecimientos de dietética. Se toma media cucharadita en agua tres veces al día si el pH es de 5 y se va disminuyendo cuando va aproximándose a su valor óptimo (7-7,5). Luego, lo ideal, es mantenerlo con la dieta.

FACTORES QUE CONTRIBUYEN A CONTRARRESTAR LA EXCESIVA ACIDEZ

Dieta con preponderancia de alimentos alcalino-reactivos.

Ejercicio físico.

Buena oxigenación (mejora de la capacidad respiratoria).

Beber abundante agua de buena calidad.

El sueño reparador y la relajación.

Las emociones positivas (alegría, optimismo...).

¿PUEDE HABER EXCESO ALCALINO?

Sí, puede haberlo y se detecta fácilmente midiendo el pH urinario. No es lo habitual. Se contrarresta aumentando la ingesta de alimentos ácido-reactivos. Así que uno de los secretos para tener más vitalidad y resistencia frente a las enfermedades consiste en hacer predominar los alimentos alcalino reactivos en nuestra alimentación diaria.

= Texto tomado del libro: "Salud y Larga Vida por la Alimentación" de Editorial Terapión =

ALIMENTOS ALCALINOS

Alfalfa
Manzana
Espirulina

Brócoli
Durazno
Estevia

Coliflor
Melón
Almendras

Zanahoria
Sandia
Vinagre manzana

Repollo
Moras
Polen de abeja

Apio
Cerezas
Chile en polvo

Pepino
Coco fresco
Canela

Berenjena
Dátiles
curry

Ajo
Higos
Jengibre

Frijol verde
Uvas
Mostaza en polvo

Alverja
Pomelo
Sal de mar

Lechugas
Limón
Todas las hierbas

Champiñones
Limas
Perejil

Cebolla
Naranjas
Lecitina granulada

Berro
Pera
Pro bióticos

Pimentón
Piña
Salsa de soya

Calabaza
Fresas
Algas

Ahuyama
Frambuesas
Queso tofu

Rábano
Ruibarbo
Queso Cottage

Espinaca
Maracuyá
*yogurt natural

Tomate
Mango
Huevos

Remolacha
Granadilla
Leche vaca-vaso

Col de Bruselas
Papaya
*mantequilla vaca

Acelga
Kiwi


Cebada
Pasas


Aguacate
Guayaba


Espárragos
Banano maduro


ALIMENTOS ÁCIDOS

Maíz
Tocineta
Azúcar

Lentejas
Carne res
Endulzantes artificiales

Aceitunas
Cerdo
Azúcar morena

Blueberries
Ternera
Té negro

Frutas enlatadas
Ostras
Cocoa

Ciruelas
Pescado
Café

Ciruelas pasas
Langosta
Vinagre

Pan
Atún
Aspirina

Galletas soda
Camarones
Cigarrillo

Harina trigo
Langostinos
Coca cola

Pastas
Sardinas
gaseosas

Espaguetis
Conejo
Cerveza

Avena
Pavo
Vinos

Arroz
Aceite aguacate
Licores fuertes

Frijol negro
Aceite canola
Chocolate

Frijol rojo
Aceite girasol
Mermeladas

Frijol blanco
Aceite oliva
Gelatinas

Granos de soya
Aceite ajonjolí
Sal de mesa

Margarina
Mantequilla maní
pistachos

Queso
Maní
Garbanzos

Quesito
Nueces
Malta

Helados
Crema de leche
Pollo

leche
Salsa mostaza

No hay comentarios:

Publicar un comentario